Son tantas las cosas que he querido decirte pero no he tenido la oportunidad ni el valor de hacerlo que a veces siento que quedan muchos sentimientos sin compartir y, al no compartirlos, es que quedan relegados a un inexorable olvido que los termina por volver a lo mas el recuerdo de una sensación.
Para mi sos una sensación, no el recuerdo superficial de una, sos una sensación que me ha hecho vibrar, entrañar, buscar, angustiar, conocerme a mi misma y gozar más de lo que alguna vez considere posible.
Se, aunque no lo creas, que esto no nos va a llevar a ningún Pereira, ni a ti ni a mi, por lo menos no por ahora.
Pero contigo me vuelvo sensación, mis sentidos se agudizan y lo único que mi mente y mi cuerpo quieren es tenerte cerca, tan cerca como tu decencia o falta de ella me lo permitan, porque es allí donde siento que nada me falta, mirando esa cara que tanto me dice con sus perfecciones e imperfecciones y con esas canas que me han llegado al alma.
Sos sensación, sos conocimiento, sos pasión, sos sonrisa, sos los labios más ricos y mas importante aún, sos yo, porque cuando estoy al lado tuyo es que me siento yo.
Tan diferente que me asusta. Diferente en el bueno y en el malo sentido. Diferente que ninguna regla se le puede aplicar. Diferente que es contradictorio y muy claro a la vez.
Y como no te puedo aplicar ninguna regla, ninguna lógica debería de tratar de no pensarte y analizarnos tanto porque es allí cuando todo se vuelve demasiado mundano y trato de encajarte, muy economista de mi parte, en este modelo clásico en el que todo el mundo se basa para crear y juzgar cualquier relación.
Por esto he decidido que ya que te quiero dar lo mejor de mi sin importar mucho las consecuencias, haré más caso a mis impulsos y mucho menos a los consejos que me llegan, los cuales por mas bien que pretendan le quitan la originalidad y la perspicacia que en un principio fue lo que nos trajo aquí y permitió que nos ocurriéramos, pero que por la inseguridad y la incertidumbre de la situación han insistido en hacerse ausentes.
Pero como todo es diferente, yo también seré DIFERERENTE, Laura is all in porque esta vez las cosas no se me van a ir de las manos sin ninguna razón.
Como a una niña que le prohibieron comer dulce en su cumpleaños, así me siento.
Con el pasar del tiempo he descubierto que una de las cosas con la que se tiene que luchar a diario, si usted es como yo y se deja llevar por lo que siente el 90% del tiempo, es la tentación.
Tentación de comer un dulce de más, tentación de no ir a trabajar porque el sueño es mas grande, tentación de salirse de clase y claro, también tentación de comerse al tipo que no debería pero que usted sabe que le encantaría.
Desde que tengo conciencia mi debilidad por los tipos perspicaces, de sonrisas amplias, seguridad infinita, de los que se meten en tu cabeza cuando menos lo esperas, que no se dan en una bandeja de plata rogando por tu amor infinito en un primer momento si no que esperan, avanzan 2 y se devuelven 1.
Lamentablemente esta lista de cosas que encantan no las he podido encontrar en gran medida en hombres con la "edad correcta" para salir conmigo, si no que me ha tocado mirar desde lejos a esos mas "grandecitos" imaginando que algún día todo iba a fluir y viviría este amazing affair que siempre ha rondado en mi cabeza.
Nunca se me había dado la oportunidad de compartir e interactuar mas a fondo con alguno de estos especímenes hasta que encontré uno tan accesible, tan cerca, tan extrañamente familiar que la pena o maricada que a veces me da no tiene lugar y se siente super refreshing para cambiar, eventualmente tanto tire y afloje me pide mi número, pocos días después se ofrece a llevarme a mi casa y en el momento que BOOM acepto la atracción infinita mi eficiente cerebro tenía una lista aun mas larga llena de razones por las cuales el dar pie para que llegue a pasar algo es un error. No necesariamente para mi o para el, si no el como me complicaría la vida al tratar de ocultar una realidad que se ve pretty damn good comparada a las anteriores, una realidad mas madura, pun intended.
Y empieza esta pelea interior diciéndome que es mejor dejarlo quieto y que ya llegará el momento en el que sea correcto...pero muy a mi manera de ser en el momento que veo una oportunidad de hablar un rato, de simplemente pasar y ver como sus ojos no me dejan de seguir cada movimiento que haga, el dejarlo sin habla con mis apuntes hacen que me sienta con una seguridad y fortaleza que me vienen bien y por eso, porque me hace sentir bien a mi dejaré que la vida siga su curso para ver donde me lleva porque ahora no quiero cambiar nada.