No puedo negar que cada día aprendo algo, algo bueno, malo, necesario, innecesario o que preferiría no haberme enterado. La vida se encarga de poner allí la oportunidad, la conversación o lo que sea necesario para que caiga en la cuenta de lo que necesito saber.
Y al darse cuenta de esas cosas que duelen, que duelen adentro, que tiran al corazón a un callejón oscuro, allí es cuando es que debemos de tomar las decisiones indicadas porque las cosas que hacen daño es mejor tenerlas lo mas lejos posibles, sacarlas de tu vida y seguir adelante.
Si, así fue, dolió y mucho, todas las mentiras que me trague, todas las cosas que espere y seguí esperando sin nunca conseguir (no porque sean imposibles, sino que simplemente no estaba destinado a ser), todo los días y meses que pasaron sin nada mejor que esperar que un beso despreocupado, en los que existía mas curiosidad y tal vez simple costumbre que cariño alguno…
Y por todo eso y mil cosas mas ya estoy completamente segura que hasta aquí llego esta historia, decido voltear la página, seguir mirando para otra parte y dejar todo atrás.
Por eso hoy agradezco por las cosas que me doy cuenta cada día, porque aunque en el momento algunas den rabia, tristeza o lo que sea, todas llevan a cabo el curso de la vida, de cerrar ciclos y de seguir adelante sabiendo siempre que adelante siempre hay muchas cosas mejores.
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